Cada vez es más frecuente oír hablar de alimentos nuevos que, en ocasiones, hasta cuesta pronunciar, o descubrir productos en los estantes del supermercado que sólo con instrucciones los podemos cocinar.

También es común encontrar productos de consumo tradicional y habitual con propiedades excepcionales para adaptarse a todas las digestiones.

 

Además, si se indaga un poco, resulta que tienen excelentes propiedades para la salud y están altamente recomendados por los expertos del sector, lo que es un motivo de peso para dar a conocer algunos de ellos:

• Algas. Nombres como agar-agar o wakame ya forman parte de las despensas de muchos hogares que han encontrado en el mundo de las algas una buena alternativa a los condimentos tradicionales, con un extra de vitaminas, minerales y proteínas para sopas, ensaladas y guisos en general.

 

• Cereales y pseudocereales. Se ha extendido el uso del cuscús y la quinoa, pero sigue habiendo un mundo por explorar: bulgur, amaranto, mijo… son los nombres de los cereales más buscados en la actualidad por su alto valor nutricional y su versatilidad en la cocina. Sus aplicaciones culinarias coinciden prácticamente con los usos que se le da al arroz, uno de los cereales básicos de la dieta mediterránea.

 

• Panes. También en este caso se ha apostado por recuperar otros cereales, que sirven para destacar una elaboración absolutamente tradicional y artesanal y que, en definitiva, se ajusta a una demanda en la que prevalece el gusto por lo saludable. Hoy por hoy, los panes de espelta, centeno o multicereales de todo tipo se pueden encontrar en cualquier panificadora.

 

• Condimentos. No hay aficionado a la nutrición que no haya probado ya el toque del miso en sus cremas, salsas y estofados en sustitución de la tradicional pastilla de caldo. Es una especie de pasta a partir de soja fermentada con sal marina y, opcionalmente, con otros cereales que generan distintas variedades. Procede de Japón donde son muy apreciadas sus propiedades medicinales.

De la India viene otro condimento que está teniendo un importante tirón: el tandoori, completa mezcla de especias aplicable a carnes, pescados, arroces y pastas, entre otros. Con una pizca de estas hierbas se le otorga al plato un aroma sorprendente con el que, sin duda, se hace la boca agua.

• Vegetales. El chucrut y el kimchi son vegetales fermentados que se han colocado en la primera línea de los llamados alimentos probióticos o lo que es lo mismo, beneficiosos para el organismo. El chucrut se produce de la fermentación del repollo o col blanca y contiene altas cantidades de vitamina A, B1, B2, C, y minerales como el hierro, calcio, fósforo y magnesio. El kimchi, de origen coreano, reúne la fermentación de coles, pimientos y cebollas, entre otras, dando lugar a distintas variantes.

 

• Legumbres. A los potajes de garbanzos, lentejas o alubias les han salido firmes competidores con ingredientes como las judías azuki o la soja. Las primeras son mucho más digestivas que las legumbres tradicionales y se caracterizan por su sabor, ligeramente dulce. Muy saludable también es la soja, una legumbre muy nutritiva que de las variedades secas, es la de mayor valor energético.

 

• Bebidas. Los alimentos fermentados y sus beneficios también se hallan en el capítulo de las bebidas. Así, los tés procedentes del hongo  kombucha están especialmente recomendados para favorecer el tránsito intestinal. Por no hablar de los famosos ‘detox’, té verde, rojo o blanco, con propiedades que contribuyen a limpiar el organismo.

Cabe añadir que han aumentado los tipos de leches que se ofrecen en el mercado, con un importante aumento de las vegetales o las que prescinden de alguno de los componentes menos digerible de la leche, como la lactosa o la grasa.